CANCIÓN VENDIMIADORES
cortando uvas
cubiertas por los
soles
y por las lunas.
¡Ay si quisieras
que cortara tus
besos
con mis tijeras!
Cuando pisa
racimos
tu abarca verde,
tu pie se vuelve
sangre,
mi sangre nieve.
Pisa las uvas,
que como mis
amores
ya están maduras.
MIGUEL HERNANDEZ
Mi sangre es un camino
Mi sangre es un
camino ante el crepúsculo
de apasionado
barro y charcos vaporosos
que tiene que
acabar en tus entrañas,
un depósito mágico
de anillos
que ajustar a tu
sangre,
un sembrado de lunas
eclipsadas
que han de
aumentar sus calabazas íntimas,
ahogadas en un
vino con canas en los labios,
al pie de tu cintura al fin sonora.
MIGUEL HERNANDEZ
Cómo comer
sin ti...
¿Cómo comer sin ti, sin la piadosa
costumbre de tus alas
que refrescan el aire y renuevan la luz?
Sin ti, ni el pan ni el vino,
ni la vida, ni el hambre, ni el jugoso
color de la mañana
tienen ningún sentido ni para nada sirven.
Allá fuera está el mar.
Allá fuera, en el mundo, estás tú.
Comiendo tú sin mí:
tu hambre, tu pan, tu vino y tu mañana.
Yo aquí, ante los manteles opacos
y la bebida amarga,
ante platos sin sabor ni colores.
Lo intento, sí, lo intento, pero cómo
comer sin ti, ni para qué...
Tú te has llevado tu olor a bosque
y el gusto de la vida.
Fuera están mar y aire.
Dentro, yo solo frente a la mesa puesta
que ha perdido su voz y su alegría.
Antonio Gala
dulcesyeroticosrecuerdos@gmail.com
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